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La promoción de la asociatividad como estrategia de RSE

Perú 2021
25 de enero 2016

Mori Rojas, Betsy
Responsabilidad Social Empresarial

Un número cada vez más creciente de empresas del país vienen implementado en el marco de sus estrategias de Responsabilidad Social Empresarial – RSE, una diversidad de proyectos de fomento productivo, orientados a mejorar las condiciones de vida de las poblaciones de su ámbito de intervención directa. Sin embargo, muchas de estas intervenciones no han logrado impactos importantes y sostenibles, obligando a las empresas a invertir más a cambio de obtener mínimos resultados. En esta práctica, los proyectos implementados están orientados a la ejecución de capacitaciones y asistencias técnicas para el desarrollo productivo de un producto en particular, desarrollando una oferta productiva de espaldas al mercado.

Una alternativa para resolver la problemática indicada anteriormente son los proyectos de promoción de la asociatividad, articulando a los productores rurales en Redes Empresariales. Este modelo de promoción asociativa se generó a partir del resultado exitoso del Programa APOMIPE (Programa de Apoyo a la Micro y Pequeña Empresa en el Perú 2005-2008), promoviendo Redes Empresariales de pequeños productores agropecuarios y artesanos, que logró validar y estructurar una metodología apropiada para promover negocios conjuntos en pequeños productores, denominada Redes Empresariales: «Alianza estratégica permanente entre un grupo limitado de personas o empresas promoviendo el desarrollo de relaciones de confianza para la ejecución de un objetivo conjunto».

Por otro lado, la vinculación de la Red Empresarial con el mercado es fundamental para la sostenibilidad del negocio, se deben trabajar componentes transversales a la promoción de la generación de confianza para lograr una articulación sostenible; es entonces que el trabajo de los promotores de RSE debe estar enfocado a la identificación de los requisitos para su articulación comercial, desarrollando programas de capacitaciones y asistencia técnica especializada para el desarrollo productivo, implementación de centro de producción, fortalecimiento organizativo y comercial, entre otros vinculados directamente a lo que el mercado requiere.

Así también, un requisito fundamental requerido por las grandes empresas será que la Red Empresarial se encuentre formalizada y presente una estructura organizativa definida con la cual se iniciaría el proceso de negociación, es por ello necesario identificar la forma jurídica adecuada que les permita trabajar asociativamente, distribuir los ingresos obtenidos y que incurra en el menor gasto tributario. Posterior a la formalización se deberá iniciar el proceso de negociación identificando las frecuencias de venta, forma de entrega de producto y periodo de pago.

De esta manera, promoviendo el trabajo asociativo, los pequeños productores lograran articularse al mercado mejorando la calidad de su producto, poder de negociación y empoderamiento territorial; así el modelo de Redes Empresariales constituye una estrategia de RSE efectiva, que permitirá un impacto positivo y sostenible, mejorando las relaciones de la empresas con su entorno territorial.

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